Consejos Afrodisíacos Naturales

Quien coma todos los días yemas de huevos en ayunas, hallará en este alimento un óptimo estimulante para el acto sexual. El mismo efecto se obtendrá comiendo tres días seguidos yemas de huevo mezcladas con cebolla triturada.

Las feromonas, existentes en diversas especies animales, son potentes "mensajeros" o afrodisíacos químicos que sirven para que los sujetos de la misma especie se comuniquen entre sí. Consisten en secreciones externas producidas por la piel y las mucosas que actúan a través del olfato o del gusto como una señal sexual y, en consecuencia provocan reacciones sexuales.

Quien hierva espárragos, los fría en aceite o en grasa, luego vierta sobre ellos yemas de huevo con sal y los coma cada día, se volverá fuertísimo.

También nosotros los humanos podemos generarlas para intensificar nuestros encuentros sexuales, para revitalizarlos, para romper con el tedio y la monotonía que muchas veces nos embargan. Sabemos que el sexo nunca ocurre espontáneamente y si se espera que así ocurra, nos vemos desilusionados.

Quien pele cebollas, las ponga en una cacerola con sal, hierbas y yemas de huevo, y fría todo en aceite, adquirirá un sorprendente e inestimable vigor sexual, si las come durante varios días seguidos. La leche de camella unida a la miel e ingerida regularmente desarrolla un vigor único para el acto sexual.

Encontrar tiempo suficiente para hacer el amor sin apuro es fundamental para mantener un buen nivel de pareja. Luego de los primeros años de convivencia y a veces después de la luna de miel, la sexualidad queda relegada, olvidada, la pareja no tiene "tiempo libre" y no logra salir del ritmo agotador de una agenda llena; por ende, no tienen tiempo para estar juntos. Seguramente en esta situación tampoco tendrán buen sexo.

Quien por varios días se nutra de huevos hervidos con mirra, canela y pimienta verá enormemente aumentado su vigor para el coito y el número de sus erecciones.

Y ¿por qué no planificar una salida de fin de semana solos, sin hijos?. En el primer día una de las dos personas expresará sus fantasías y deseos, puede solicitar lo que quiera, tanto sexual como de otra índole. La otra persona es el dador que se ocupa de materializar esos pedidos. Al día siguiente los papeles se cambian. Casi todas las parejas hallan que el juego es esclarecedor y liberador, y al mismo tiempo hace crecer la relación. Cuando termina, ambos han efectuado deslumbrantes descubrimientos sobre las fantasías de uno y otro, así como sobre sus miedos y pasiones.

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